Ponemos fin a la racha de derrotas con una trabajada victoria en New Jersey. El partido estaba marcado en el calendario, y no decepcionó en absoluto. Los Preds, a pesar de que las matemáticas decían lo contrario, sacaron al hielo a la estrella del equipo, Pekka Rinne, y es que era hoy o nunca. Y el portero finés se reencontró a sí mismo con una actuación memorable.
Se adelantaban los Devils al aprovechar un rechace a tiro de Weber que se quedo muerto frente al jugador de New Jersey, que no desperdiciaron el breakaway y se adelantaban en el electrónico. Los Preds buscaban el empate, pero Brodeur estaba cuajando un gran encuentro, y en el momento más inesperado, cuando el mister de Nashville echaba más pestes de su cuarta línea, una jugada de fortuna hizo que tras dos rechaces Spalling lograra un merecido empate.
A partir de ahi el partido fue un toma y daca continuo. Los Preds buscando ataques más largos y los Devils buscando el gol de forma rápida. Ahí emergió la figura de Rinne, que sacó dos disparos, el segundo un gol cantado que despeja a contrapié con la guarda de la mano del stick. Ya en la recta final, y a falta de tan solo 30 segundos, Hornqvist caza un rechace de Brodeur a disparo de Legwand para batir al portero de los Devs y dejar a los locales con la miel en los labios.
Un placder Klui, y en Smashville no vamos a permitir tanta emoción, jajajaja