El resultado lo dice casi todo del partido, que a pesar del resultado estuvo muy igualado hasta el two minutes warning del descanso. Ahí una jugada de esas que no favorecen a los Bills en lo que van de torneo propició que el manager acabara saliéndose del partido y regalando el balón a unos Dolphins que hasta el momento sólo habían conseguido una ventaja de 3 puntos, pero que se plantaron al descanso con 10-0 gracias a la salida de tono del coach de Buffalo. Hay que dar mucho mérito a la secundaria de Miami que cubrió casi a la perfección a los receptores de los Bills, entre los que sólo Chandler consiguió alguna recepción, para acabar lesionándose, para colmo en el tercer cuarto, dónde los Dolphins aprovecharon la ceguera mental del equipo visitante que dejó incluso de defender bien. El último cuarto fue una continuación del tercero, toda una pesadilla para los de Buffalo, que sólo pensaban en el momento de acabar con el sufrimiento.
No está siendo nuestro torneo en los pequeños detalles, pero esto no puede sacarnos de la dinámica competitiva que habíamos conseguido llevar hasta ahora. El partido debe servir como lección para futuras jugadas azarosas que jueguen en nuestra contra, no podemos salirnos porque tras provocar un fumble no nos caiga en las manos, o porque nos anulen una recepción que la repetición demuestra como buena, hay que seguir compitiendo, respetando el espíritu del torneo, lo que de verdad nos hace sacar un hueco todas las semanas para seguir divierténdonos.
Bien jugado Amarra.