Comienzan los Juegos Olímpicos con una ceremonia, en mi opinión, aburrida.
Comienzo espectacular con la Revolución Industrial, crítica al capitalismo, el comienzo de los derechos de los trabajadores y de las mujeres y a partir de ahí popurrí de escenas, se lleva la palma la de James Bond a por la Reina, que rompe el hilo argumental, o Beckam haciendo morritos, sin comentar el aburrimiento de la escena de los niños en la cama o la lucha alegórica de la vida y la muerte. Mal enlazado la presentación, el nudo y el desenlace, la Revolución Industrial, la música con el amor entre adolescentes y el futuro de internet.
Danny Boyle demuestra ser un director de cine, y no de teatro, ofreciendo un espectáculo para las televisiones, me cuesta creer que los espectadores del Estadio Olimpico estuvieran realmente impresionados de lo que vieron allí, todo demasiado pequeño, lejano y embarullado para apreciar un conjunto definido y claro (se notaba en la retransmisión la poca importancia al plano general).
Lo mejor, la música de fondo durante el desfile.
Por último el encendido del pebetero, bonito, pero me quedo con el de Sydney. La pregunta es, ¿dónde lo colocarán ahora?, si lo mueven de sitio, como es casi necesario, será una pena, como una buena película sin un final inteligente.
PD: Si alguien no está de acuerdo con mi opinión es lógico, al fin y al cabo soy de Parla y qué se yo de ceremonias.
Comienzo espectacular con la Revolución Industrial, crítica al capitalismo, el comienzo de los derechos de los trabajadores y de las mujeres y a partir de ahí popurrí de escenas, se lleva la palma la de James Bond a por la Reina, que rompe el hilo argumental, o Beckam haciendo morritos, sin comentar el aburrimiento de la escena de los niños en la cama o la lucha alegórica de la vida y la muerte. Mal enlazado la presentación, el nudo y el desenlace, la Revolución Industrial, la música con el amor entre adolescentes y el futuro de internet.
Danny Boyle demuestra ser un director de cine, y no de teatro, ofreciendo un espectáculo para las televisiones, me cuesta creer que los espectadores del Estadio Olimpico estuvieran realmente impresionados de lo que vieron allí, todo demasiado pequeño, lejano y embarullado para apreciar un conjunto definido y claro (se notaba en la retransmisión la poca importancia al plano general).
Lo mejor, la música de fondo durante el desfile.
Por último el encendido del pebetero, bonito, pero me quedo con el de Sydney. La pregunta es, ¿dónde lo colocarán ahora?, si lo mueven de sitio, como es casi necesario, será una pena, como una buena película sin un final inteligente.
PD: Si alguien no está de acuerdo con mi opinión es lógico, al fin y al cabo soy de Parla y qué se yo de ceremonias.