Prisión estatal de San Quintín, California. 10:45 am
- Recuerde que va a entrar en la sección de aislamiento. Los presos allí son los más peligrosos. No les mire, no les hable, siga caminando hacia la celda 211. Allí es donde se encuentra.
- ¿Que hizo para estar en aislamiento? No es común en él.
- Hizo de entrenador en un partido de presos contra vigilantes. Les metimos tal paliza y le tienen tantas ganas que pensamos que lo mejor para él era estar en aislamiento. Por su seguridad.
- Oh, entiendo.
Las puertas de la sección de aislamiento se abrieron con un estruendo y emitiendo un ruido chirriante. Allí hacía falta "3 en 1" si o sí, pero tambien era de suponer que lo hubieran dejado así aposta, como elemento intimidatorio. Despues de todo tenian una imagen que mantener y no era plan que la puerta que guardaba a los presos más peligrosos de San Quintín se abriera como se abre la puerta del baño de tu casa. No queda "cool".
Andó a paso ligero, solo, pues los guardias pensaban que era mejor no aparecer por allí más de lo necesario, eso podría alterar el ánimo de aquellas alimañas (palabras textuales de los guardias claro, desde aquí proclamamos un profundo respeto a esas personas marginadas por la sociedad solo por haber asesinado un poquito) y era mejor que pasasen la mañana tranquila.
Siguió caminando ignorando los gritos que venian de las celdas. Uno de ellos gritaba insistentemente "Desde aquí huelo tu coño" algo que le chocó enormemente al ser él un hombre de mediana edad. Como le pareció curioso no dudó en sacar su movil y "Twitearlo". Fue "trending topic" toda la mañana...lo cierto es que fue un día que tampoco ocurrió nada reseñable en el mundo.
Por fin llegó a la celda 211, tenía una cristalera desde la que podía verse la habitación del preso. Lo cierto es que estaba bien amueblada, y hasta tenía una televisión con dvd (es una carcel claro, no te van a poner un Blue Ray. Estas ahí para pagar tu deuda con la sociedad) y una consola. De pie, entre el sofá y el televisor esperaba el preso, sin afeitar y con algunos kilos de más desde la última vez que se habian visto.
- ¿Grey? - dijo el hombre
- Hola Furoa. ¿Se han callado ya los corderos? - Dijo Grey sonriente, con una mueca bastante inquietante.
- ¿Corderos? ¿De que hablas?
- No de nada, es que siempre había querido decir eso. Ya sabes, como Hannibal Lecter. En fin. ¿Que tal te va? ¿Y el Barça que? ¿Otra vez campeón de todo?
- Pues lo cierto es que no, Pep fichó por el Atlético de Madrid, se llevó a Iniesta y a Messi y aquello ha sido una debacle.- dijó mientras dejaba escapar una lágrima. Su corazón culé aun sufría al recordarlo.
- ¿Entonces el Atletí?
- Pues igual que siempre, eso es una maldición. Pero el Malaga no veas como aprieta. Ha hecho sextete. Inventaron un nuevo trofeo que ganaron tambien. Una cosa bárbara...pero bueno, no estoy aquí para eso.
- Pues habla chico, que dentro de 10 minutos tengo que salir al patio a hacer gimnasia y tengo que fingir un bajón de azucar para no salir.
- ¿Eres diabético? No lo sabía.
- No lo soy pero ellos creen que si. Venga, al grano.
- Verás, me han encargado que te transmita una oferta. La reciente crisis ha hecho que los Toronto Raptors se quedasen sin entrenador y sin jugadores. Estan en una situación bastante jodida, pero han encontrado un inversor, que quiere ir poco a poco, así que tampoco quiere un superentrenador. Me preguntaron si conocía a algún entrenador de gama baja...
- ¡Como tu!- Interrumpió Grey.
- Si, más o menos, pero yo ya tengo curro, voy a entrenar a los Heat.
- Buenas tetas...las de las animadoras de Miami, digo, no las tuyas...aunque quizás con un bikini...
- Si bueno...El caso es que han pensado en tí y me han pedido que te transmita la propuesta. No cobrarías demasiado, pero esta todo arreglado para que salgas en libertad condicional. ¿Que te parece? Serias libre de nuevo.
Grey se sentó, pensativo, mesándose la barba- Toronto ¿Eh? ¿Sabes lo que se ve desde la torre de Toronto, Furoa?
- No, no lo se...
- ¡Torontontero!- Dijo Grey riendose a carcajadas. No hay nada más triste que ser tu el único que se rie con tu propio chiste.
- Grey...no tengo mucho tiempo. ¿Aceptas?
- Bueno...no se que tal serán las animadoras canadienses...pero tienen un dinosaurio como mascota...eso mola. De acuerdo, estoy dentro. Deja que vaya haciendo las maletas.
- Bien, yo iré arreglando tu salida. Por cierto, tengo una duda ¿Que hiciste para acabar aquí?
El semblante de Grey se tornó serio de repente- Nunca vuelvas a preguntarme eso. ¿Entiendes?
- De acuerdo, de acuerdo. - Furoa salió a toda prisa de la sección de aislamiento. No quería tener que twittear nada más.
Afueras de la Prisión estatal de San Quintín. 12:00 pm.
Grey cerró los ojos e inspiró hondo el aire de la libertad...con tan mala suerte que lo hizo mientras pasaba un camión por la carretera sin duda con el tubo de escape averiado. Tras acabar con su acceso de tos y varios esputos, recobró el resuello y caminó hacia el taxi que le habian pedido.
- El taxi te llevará al aeropuerto. Aquí tienes los billetes a Toronto. Yo me quedo por California unos días, tengo algo que arreglar en Malibú Beach y...
- Furoa, recuerda que espiar con los prismáticos esta penado. Sería la tercera vez si te pillán y entonces puedes acabar ahí- señaló San Quintín- y serías un bollito apetecible en las duchas...
- Si, lo tendré en cuenta. Por cierto ¿Que vas a hacer ahora que eres un hombre libre?
- Pues drogarme todo lo que pueda y echar un polvo, que hace dos años que no la meto en caliente.
- ¿Y despues?
- ¿Despues?- Sonrió- Reunir a la banda. Estamos en una misión de Dios.- Se puso un sombrero que Furoa juraría no haber visto en su mano al salir de prisión y se metió en el taxi tarareando "Everybody needs somebody" de los Blues Brothers.
Última edición por Greypilgrim el Miér 19 Ene 2011 - 14:54, editado 1 vez