De nuevo otro magnífico partido, bonito e igualado, no crean lo que indica el resultado.
Comenzarían fuerte los locales con los Red Wings con una pájara considerable, fruto de ese dominio sería el primer gol, un churrigol, por cierto.
Pero los Red Wings comienzan a asentarse en el partido y brillan con soltura, dominando el juego y consiguiendo el empate.
Comienza la segunda parte y son los Red Wings los que continuan dominando, pero los Penguins consiguen desprenderse dicho dominio y con los duelos entre tercera y cuarta línea de ambos equipos y consiguen el 2-1.
Jarrod e agua fría ante la débil autoestima de los Red Wings que están faltos de ritmo, lo saben y se encuentran con un resultado en contra de nuevo; asi que los de Detroit no consiguen levantar ya la cabeza, aunque tienen algunos buenos coletazos de rabia sobre todo con el 3-1 en contra, pero no encuentran esa fortuna que les de un gol y les ponga de nuevo con posibilidades en el partido.
Al final, el 4-1 setenciaría un partido con un resultado demasiado grande para la calidad entre ambos equipos. Los de Detroit se fueron con ganas de que llegara el partido de vuelta, estando más rodados
y con más ritmo.
Las jugadas embarulladas en las inmediaciones de los porteros fueron habiturales