Es muy muy dificil tratar de hacer algo con este juego cuando, si tienes la dicha de enrachar unos buenos minutos de marcar al contrario, el otro te hace gol segundos despues.
Eso nos pasó contra los Rangers, que jugaron cómodamente empezando el último periodo con 4-1 en el marcador pensando que ya nada podría arrebatarles la victoria tras batir en 4 ocasiones a nuestro portero titular, es decir, de overall supuestamente alto, en pocas llegadas.
Pero en el tercero, hubo unos minutos en que varias de las múltiples llegadas ante el portero suplente, es decir, de overall presumiblemente más bajo, finalizaron en gol ante la estupefacción de los Rangers. Sin embargo, cuando marcabamos nosotros, acto seguido y sin pasar siquiera medio minuto, los Rangers volvían a batir a Price, repito, nuestro portero presumiblemente bueno. No fallaba, era marcar y acto seguido, los rangers, con una facilidad pasmosa se plantaban ante Price y cualquier tiro era gol.
Estos minutos sin embargo fueron lo mejor del partido, aunque solo sirvieron para certificar más aun que somos una banda.